Cada pueblo tenía sus propias tierras de cultivo, caza y pesca, que estaban divididas por una pared bajita hecha de piedra, llamada "pirca" o por cercos de espinillos.
Los Comechingones tenían prolijos maizales y huertas, donde cultivaban porotos, zapallos, papas y quínoa y maní. Como la tierra era seca, y la lluvia escasa, para que los cultivos crecieran y dieran buenos frutos, construyeron represas y canales de riesgo que llevaban el agua hasta los sembrados.
Además, criaban aves, y en sus corrales se juntaban majadas de llamas y alpacas (unos animales parecidos a las llamas), que eran su principal riqueza, ya que con su lana hacían tejidos.
Pero no sólo se ocupaban de los cultivos y el ganado, también salían a cazar. En tiempo de crecientes del río, construían un pescadero donde juntaban los peces.
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